Finalizando la entrega anterior comentaba que continuaría
relacionando el manejo y gestión del grave impase y conflicto entre Cataluña y
España, afirmando que, desde mi punto de vista, lo hecho por ambas partes en conflicto,
ha sido, continúa siendo y aparentemente así continuará permaneciendo,
calificable como: producto de una pésima gestión en general, dada la ausencia
total de diálogo y mala disposición.
Dicha gestión, está además agravada, por la fuerte carga
ideológica y emocional que se desprende principalmente, de la parte
pro-independentista, pero realmente con presencia en ambas.
Durante el largo transcurso de tiempo que lleva durando el
conflicto, ha acontecido alguna excepción que señalaré, en lo que se refiere a
la conducción y manejo eficaz de varios de los procesos y dinámicas esenciales,
dentro de lo que se suele prescribir con la finalidad de alcanzar una eficaz
gestión de grupos.
No ha sido así, en cuanto al manejo y gestión de las relaciones
entre los dos grupos en la pugna. Ha sido y continúa siendo muy deficiente. Claro, se trata de un conflicto donde
intervienen demasiadas y poderosas variables que lo transforman en un conflicto
más complejo de lo común.
En el presente post, me referiré a otros procesos y dinámicas, presentes
siempre en cualquier actividad grupal e igualmente, en situaciones de relaciones
y enfrentamientos entre grupos. Hablaré en primer lugar, del proceso de “liderazgo de grupo”.
En los casos de grupos
informales, aquellos que surgen de manera más o menos espontánea, al
principio siempre ocurre lo que se conoce como “lucha por el poder”. Lógicamente,
la finalidad usual, normal de esta “lucha” es: conseguir determinar
quién o quiénes van asumir el liderazgo, control o mando del grupo-equipo.
En el caso que nos ocupa
de Cataluña, considero que esa “lucha” aparentemente no se ha presentado
abiertamente, porque ha estado presente siempre un liderazgo formal, representado
por quienes han ostentado la autoridad formal de presidentes de la Generalitat. Los mismos, no siempre muy
transparentes, ni muy demócratas en sus actuaciones.
No gobiernan Cataluña de
forma realmente democrática. Lo hacen actuando muy parcializados hacia el grupo
Pro-independencia. Ignoran y dañan con ese comportamiento al resto de
catalanes que no están de acuerdo con la independencia y salirse de España.
Como ya señalé, al
tratarse de grupos formales ya constituidos, que dependen de una o varias autoridades
jerárquicas establecidas, esta “lucha” no se presenta debido a la
existencia de: un jefe, presidente, o líder formal que los dirige y manda,
aunque no lo sea para todos.
En grupos informales suelen
ocurrir intentos por asumir el control. Se dan, cuando existen o surgen algunos
miembros del grupo total que intentan ser los que “digan la última palabra”,
los que manden. De darse esta situación, se suele producir un conflicto de “lucha por el poder”, de diversa
magnitud. Durante la misma, el grupo total puede y suele dividirse en dos o tres “bandos” que se inclinan y
apoyan a los diferentes posibles dirigentes.
No me siento cómodo de
llamarlos líderes, en el caso catalán, por ser extremadamente parcializados.
Algo que no hará nunca un buen y verdadero líder. Debido a la presencia de bandos, buena parte de la energía del
grupo total, de sus ideas y una importante porción de tiempo, “cada bando”, lo dedica a encontrar
formas coherentes de, qué y cómo hacer para vencer o resistirse a
los contrarios. Lo hemos visto y vivido en innumerables situaciones de
conflicto. En el de Cataluña, sucede continuamente.
Los costes ocultos de estas situaciones
conflictivas de lucha por el liderazgo y más, por el poder, producen un
desperdicio general que puede llegar a ser bastante elevado, especialmente,
cuando es parte de la actividad cotidiana, entre y dentro de diferentes grupos que
conforman las diversas secciones dentro de los partidos políticos de uno y otro
signo. En el caso de Cataluña, además, por las diversas Asociaciones que
participan muy activamente en la política. Son inmensas las secuelas y daños
producidos por este gran conflicto.
Finalizo mis comentarios respecto de esta dinámica,
agregando que quienes actuaron, por ambas partes, como líderes en esta situación de conflicto, lo
han hecho terriblemente mal, parcializados. De ahí en buena medida, el nivel
de conflicto abierto alcanzado y por ello, la muy difícil solución.
Llegados a este punto de gran crisis, cada vez se
hace más largo, complejo, doloroso y difícil mejorar y llegar a resolver el
impase, conflicto. Máxime en el caso que nos ocupa donde lo objetivo y racional
ha sido sobrepasado por lo irracional y emocional.
PROCESO DE DETERMINACIÓN DE OBJETIVOS-METAS DE GRUPO
Este
proceso o dinámica, al igual que los anteriores citados lo considero crucial en
ámbitos donde la presencia de grupos y/ o de equipos de trabajo de cualquier
índole, es una realidad.
Destaco
aquí, la necesidad de todo grupo o equipo de poder, con la finalidad de aunar,
integrar y alinear sus esfuerzos, de ser capaces de establecer de forma clara,
participativa, y rápida, objetivos o metas claras para conocer con precisión la
dirección a tomar y el trabajo o actividades que deberán llevar a cabo.
Cuanto
más rápidamente se alcance el acuerdo de determinación de los mismos, mejor
para el grupo. Esto les ayudara en su esfuerzo por obtener eficacia y
productividad en las actividades y gestiones que deben realizar para alcanzar el
resultado esperado y/o deseado.
Por
ejemplo, determinar: ¿Qué debemos o queremos lograr como grupo / equipo? ¿Qué
se espera de nosotros? ¿En cuánto tiempo? ¿Con cuáles especificaciones? Son
preguntas e inquietudes que surgen desde el principio y requieren acuerdo para
determinar con precisión: ¿Por qué y para qué estamos reunidos? ¿Qué queremos o debemos lograr? ¿Cómo vamos a
organizarnos para realizarlo bien? ¿Cuáles indicadores de medición y control
utilizaremos? ¿Quiénes del equipo conocen mejor la actividad? Y varios otros.
Tener claro hacia dónde ir para evitar confusión, desvíos, pérdidas y/o desperdicio de recursos, de tiempo, eliminar posibles conflictos y otros, es una de las primeras interrogantes que todo grupo o equipo debe resolver.
De
la eficaz respuesta depende, que desde el inicio puedan comenzar o no, a trabajar
como un equipo de forma
eficiente. Para ello, es
indispensable contar al menos, con un objetivo común, claro, que facilite y
permita la alineación y transparencia de las actividades a ejecutarse, y el
mejor aprovechamiento de los recursos y potencialidades con que cuentan.
El objetivo puede y con frecuencia
es así, ser el único elemento realmente aglutinante para un grupo de
personas que divergen unas de otras en algunos o en muchos aspectos.
Determinar qué se espera del grupo y qué se quiere lograr es, básicamente, una
definición de objetivos o metas de acción.
En
la situación que venimos desarrollando y analizando, es más que obvio que, por
diversas circunstancias bien gestionadas y muy bien manipuladas, apoyadas en
mentiras, existe un claro objetivo parcialmente aglutinante para uno de los
grupos: Independizarse de España. El problema es, que la mayoría de
catalanes y, además, casi todos los españoles y europeos, están en contra de
ese objetivo.
Ocurre, además, volviendo al tema de
determinar objetivos que, existen unos componentes básicos a la hora de
garantizarse buenos objetivos, realizables, que no percibo que estén presentes
en este caso.
Algunos de estos componentes esenciales son:
- Que los objetivos se puedan alcanzar con los recursos y autoridad que se posee ahora.
- Que estén bien alineadas con la estrategia, lo que los convierte en oportunos e imperiosos.
- Tener una estructura orientada al corto plazo (Un año o algo menos)
- Permitir el logro resultados tangibles, medibles.
- Estar basadas en la disposición de la gente: Lo que quieren, están dispuestos, y son capaces de realizar o de ejecutar ahora.
Desde mi
conocimiento y percepción, tengo la clara sensación de que, en el caso catalán,
no se cumple cabalmente ninguno de los cinco requisitos señalados. Ello me
permite, de acuerdo a mi visión, afirmar que se va por una senda equivocada,
confusa y sujeta por tanto a una mayor manipulación de la que ya nos tienen
acostumbrados y hasta cansados.
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