martes, 16 de octubre de 2012

SICOLOGÍA POSITIVA, PENSAMIENTO POSITIVO, ACTUACIÓN POSITIVA



En los últimos días está en el aire, en ciertos ámbitos especializados, la importancia del Pensamiento Positivo, al  que yo deseo agregar la Acción o Actuación Positiva.   Me parece importante aclarar que aunque el pensamiento positivo es el estímulo para la acción positiva, esta última no siempre se lleva a cabo y se queda “represada” en las personas como Actitud Positiva,  que es muy buena e importante; en especial, cuando es necesario cambiar con el fin de  mejorar, algo de lo que se adolece tanto hoy en día; pero la actitud no es suficiente, hay que pasar a la acción.

La actitud se define como predisposición para actuar, y la predisposición no necesariamente se transforma en acción. Muchas veces se queda en pura y sana intención, de ahí mi énfasis en, de manera consciente pasar a la acción. Con nuevos comportamientos y conductas alineados con la actitud es como se produce el cambio y con ello, la posibilidad de mejorar las cosas y situaciones.  Lógicamente, no vamos a cambiar para empeorar. Aunque a veces suceda.

La Sicología Positiva, motor de una nueva manera de pensar y actuar ha logrado resultados excelentes en ámbitos relativos a las empresas y previamente en los individuos que son siempre los que pueden producir cambio y mejora donde se lo propongan.  Claro, para ello en las empresas debe existir una cultura y clima de trabajo que promueva el cambio, la mejora  y el respeto al individuo, como valores esenciales de la empresa.

Dentro de las organizaciones, en general, es muy importante reseñar los aportes recientes de los investigadores  y escritores,  Zenger y Folkman (2002 y 2010), quienes han creado una novedosa teoría, modelo y tecnología para el desarrollo de líderes excepcionales basándose en el apuntalamiento y desarrollo de las competencias fortaleza.   
Además, con su amplio trabajo de investigación, han logrado por primera vez identificar las 16 competencias fortaleza que en su vida diaria utilizan aquellos líderes que destacan por ser más eficaces, productivos  y rentables para las organizaciones. Con sus ideas, trabajos y planteamientos novedosos ha pasado a un tercer plano lo que siempre se ha venido haciendo: intentar superar las debilidades en lugar de construir sobre los puntos fuertes de cada individuo.

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